La palabra horología proviene del griego y significa literalmente estudio del tiempo. Por eso existe una estrecha relación, entre la horología y los relojes, porque con ellos es como mejor podemos medir el tiempo.

La historia de la horología es bastante extensa y actualmente cuenta con varios museos y bibliotecas dedicadas exclusivamente al tema. Algunos instrumentos que se utilizan para este estudio son: el reloj de bolsillo o de pulsera, los relojes de sol, temporizadores, clepsidra o relojes de agua y cronómetros marinos.

La tecnología ha permitido un gran avance en la ciencia que estudia el tiempo. La historia cuenta que en la antigüedad se medía por medio de los relojes de sol. Los babilonios llegaron a desarrollar el reloj clepsidra considerado el medidor de tiempo más antiguo de la humanidad.

Hoy en día contamos con sofisticadas máquinas (relojes) que nos ayudan a tener una medición más exacta. Al hablar de horología de inmediato lo relacionamos con la relojería, donde se combinan la técnica y el arte para mejorar e innovar los elementos que podemos utilizar para su estudio.

Muchas veces al voltear la muñeca para ver la hora, los horólogos en realidad lo que hacen es observar el reloj y apreciarlo. Es una pasión por la ingeniería del accesorio. El hoy y el ayer, el presente y el pasado, pero con una misma relación o vínculo, medir el tiempo.

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